Crecí en una familia donde fluía la palabra y la comunicación, llego a la escuela primaria y con tan solo 7 años recuerdo que recitaba poesías y las decía en voz alta frente a toda la clase, mis padres siempre me alentaban a seguir haciéndolo y eso fue formando en mí el atreverme a más.

Mi profesión de base es abogada, es una carrera donde la palabra es la herramienta del profesional, siempre me iba mejor en los exámenes orales que en los escritos.

Un día por curiosidad me inscribí en un curso de oratoria que me encantó y la profesora una gran mujer María Angélica Vilches, generosa y amorosa me propone formarme como profesora y ocupar su lugar cuando ella se jubilara, acepté la invitación y hace ya más de 11 años que vengo dictando, ayudando a muchas personas a hablar en público y en la vida personal.

Mis padres Luisa y Alfredo una dupla maravillosa, muy positivos, motivadores y entusiastas, en la familia siempre nos apoyaban a mis hermanas y a mí a ir por nuestros sueños e intentar las cosas más de una vez si era necesario. Esas herramientas (que mis padres utilizaban de forma natural) eran parte de una disciplina llamada Programación Neurolingüistica, que decidí estudiar. Hoy ayudo a que otras personas también las apliquen y puedan concretar sus sueños.