Pide y se te dará ¿lo escuchaste alguna vez?
Lo que aún no forma parte de tu vida es porque no lo pides. ¿Cómo? Sí, así como lo escuchas. Estás en tu trabajo y quieres ascender a un puesto de mayor jerarquía, pero nunca se lo haces saber a tu superior y dejas que decidan, que considere que lo mereces.
Quieres algo de tu pareja, hijos, amigos y esperas que lo adivinen. Como no llega ese momento del reconocimiento te enojas.
Tomemos este ejemplo: vas a un restaurante y te sientas en una mesa, Mozo: ¿qué va a comer?
Tú: comida
Mozo: Bien, pero la carta tiene diferentes menues
Tú: ¿Ah tengo que pedirlo yo?
Mozo: si, porque nosotros no adivinamos sus gustos.
Como este ejemplo que desarrollamos es en todos los ámbitos de la vida, entonces vemos la importancia de saber armar la frase, discurso y/o comentario de lo que quiero transmitir.
